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¿Qué son las posturas forzadas y cómo evaluarlas?

En ocasiones, podemos encontrarnos con programas de intervención ergonómica que no estén bien diseñados como consecuencia de que no se utilizaron las metodologías idóneas para evaluar el riesgo de sufrir trastornos musculoesqueléticos.

En el análisis de puestos de trabajo que conllevan la adopción de posturas forzadas surge con frecuencia la duda, más que razonable, de qué método de evaluación utilizar ante la enorme oferta de metodologías disponibles para analizar la carga física.

Por este motivo, en primer lugar, es conveniente definir claramente: cuándo un puesto de trabajo tiene riesgo por posturas forzadas.

En el ámbito laboral se definen las “posturas forzadas” como aquellas posiciones de trabajo que supongan que una o varias regiones anatómicas dejan de estar en una posición natural o de confort para pasar a una posición que genera un cierto estrés postural. Estas posturas estresoras suelen ser hiperextensiones, hiperflexiones e hiperrotaciones osteomusculares y que si se dan con cierta intensidad y duración durante la jornada laboral pueden causar lesiones por sobreesfuerzo.

Conviene por tanto no confundir la clasificación de: ”posturas forzadas”, con otras formas de carga física como: “manipulación de cargas”, “movimientos repetitivos” o “posturas estáticas “ ya que; aún cuando, en algunas situaciones laborales el tipo de lesiones que puedan provocarse por esas otras formas de carga física sean similares, la naturaleza de los factores de riesgo a analizar son muy diferentes. Tanto que condiciona el hecho de que los métodos de análisis a utilizar en cada caso deban ser diferentes también.